El paisaje acostumbra ser un elemento más dentro del proceso de identificación de una comunidad. En algunos casos representa un factor clave mientras que en otros, no acaba de ser asumido como parte integral de la construcción de un territorio. El papel del paisaje en la sociedad mendocina revela una profunda contradicción que permite sacar a relucir problemáticas generales de los territorios colonizados. El entender la domesticación del paisaje como una conquista impide resaltar su dimensión histórica e integrada, resultado de las culturas en las diversas épocas. En el presente artículo, explicaremos como la mirada sobre el paisaje en Mendoza se da de forma fragmentada y se ha concretado en una imagen de "conquista" sobre el territorio árido y semiárido propio de la región. El transformar la mirada sobre el paisaje como proceso temporal integral permitiría devolverle al mismo el papel social identificador e integrador, entorno a la imagen del oasis. El caso de Mendoza, permite tal vez poner de manifiesto dos formas distintas de concebir el paisaje entre América y Eurasia.