Regulación emocional, control atencional y actividad cerebral espontánea

Abstract

[spa] La investigación de los últimos años ha puesto de manifiesto la importancia de concebir la mayor tendencia a experimentar manifestaciones ansioso-depresivas y, en última instancia a desarrollar trastornos emocionales, no únicamente como resultado de la presencia de una mayor reactividad emocional (i.e. elevada afectividad negativa), sino también —y quizá especialmente— como posible reflejo de diferencias individuales ligadas a dificultades de regulación emocional (RE). Una de las preguntas directas que se deriva de este planteamiento, y a cuya respuesta hemos tratado de contribuir en esta tesis, radica en qué factores, más allá de una mayor reactividad emocional, podrían estar implicados en la tendencia a un mayor uso de estrategias de RE disfuncionales y/o en una menor eficiencia de las capacidades de regulación emocional espontáneas (REE). La literatura previa apunta la posibilidad de que una menor capacidad de manejar voluntariamente los recursos atencionales (i.e. bajo control atencional, CA), pudiera ser uno de estos factores. Algunos trabajos han empezado a señalar la posible existencia de déficits atencionales a niveles básicos —y no únicamente debidos a los efectos perniciosos de una reactividad emocional incrementada— como potenciales mecanismos implicados en las dificultades regulatorias. Si esto fuera efectivamente así, cabría esperar que dichos déficits puedan verse reflejados en (I) un peor rendimiento en tareas atencionales en ausencia de contenido emocional y (II) en patrones distintivos de actividad electroencefalográfica (EEG) espontánea (i.e. en condiciones de reposo), considerada a menudo como un buen biomarcador de características disposicionales. Con todo, hasta donde alcanza nuestro conocimiento, no existían estudios previos destinados a evaluar simultáneamente si diferencias individuales en las capacidades de CA y en el funcionamiento de las redes atencionales básicas evaluado en ausencia de contenido afectivo se asocian a un mayor uso de estrategias de RE cognitivas disfuncionales (i.e. rumiación y supresión) y/o a una menor eficiencia de la capacidad de REE evaluada de manera continua durante la realización de una tarea de inducción emocional. Precisamente, esos han sido los dos grandes objetivos generales del presente trabajo. Para tratar de explorar estas cuestiones se diseñaron un total de cinco estudios, hipotetizando que, en personas adultas de la población general y sin afectación psicopatológica, un menor CA autoinformado y una menor eficiencia de las redes de control ejecutivo y orientación se asociarían a una mayor tendencia a implicarse en el uso de las estrategias de rumiación y supresión, así como a una REE menos eficiente una vez controlada la afectividad negativa. Adicionalmente, esperamos la presencia de patrones de actividad EEG espontánea distintivos en zonas ligadas a las funciones atencionales y ejecutivas (i.e. zonas frontoparietales) en relación a las diferencias individuales en las capacidades de RE y CA. En concreto, se esperaba que niveles más bajos de actividad EEG espontánea en las regiones frontales y parietales se vieran asociados a capacidades de CA reducidas, un peor funcionamiento de las redes atencionales —en especial la de control ejecutivo y la de orientación—, a una mayor tendencia a implicarse en estrategias de rumiación y supresión y, finalmente, a una REE menos eficiente. De forma muy resumida, los resultados obtenidos apuntan, parcialmente en línea con lo hipotetizado, a que las personas con menor CA autoinformado tenderían a un mayor uso de las estrategias de rumiación y supresión, además de presentar algunos índices de REE menos eficientes tanto en presencia como en ausencia de estímulos con carga emocional negativa. Por otra parte, el funcionamiento de las redes atencionales en ausencia de contenido emocional, se ha visto ligado, por primera vez, a diferencias individuales en las capacidades de RE. Específicamente, una menor eficiencia de la red de orientación predijo un mayor uso de la estrategia de rumiación; una mayor eficiencia de la red de alerta predijo un mayor uso de la estrategia de supresión, y una mayor eficiencia de la red de control ejecutivo predijo una menor eficiencia de la REE únicamente ante estímulos sin carga emocional negativa. Respecto a los correlatos psicofisiológicos, en términos generales, una mayor activación frontoparietal bilateral se ha visto relacionada a un mejor funcionamiento de las redes atencionales y a una REE más eficiente. Esto se hace especialmente evidente cuando los índices utilizados no se limitan al estudio de una banda de actividad EEG determinada y se toman en consideración índices de predominancia y/o de acoplamiento entre ondas lentas y rápidas. Del conjunto global parece derivarse, ni que sea parcialmente, la existencia de una desregulación básica de las capacidades atencionales y ejecutivas que se asociaría a una mayor tendencia a implicarse en estrategias de RE disfuncionales y a una REE menos efectiva. Además, el uso de algunos índices de actividad EEG espontánea (especialmente aquellos basados en el estudio de las interrelaciones entre la actividad de ondas lentas y rápidas) se revela de utilidad a la hora de detectar y discriminar diferencias individuales en factores disposicionales como los estudiados. En síntesis, creemos que los trabajos aquí presentados contribuyen, por una parte, a ampliar el conocimiento existente acerca de los factores implicados en la presencia de dificultades de regulación emocional y, por otra parte, a destacar la utilidad potencial de tareas sin carga emocional y de las medidas EEG espontáneas para el estudio de las diferencias individuales en ciertos constructos psicológicos que se presumen de naturaleza disposicional.

[cat] La investigació dels darrers anys ha subratllat la importància de concebre la major tendència a experimentar manifestacions ansiosodepressives i, en darrera instància a desenvolupar trastorns emocionals, no únicament com el resultat de la presència d’una major reactivitat emocional (i.e. elevada afectivitat negativa), sinó també —i tal volta especialment— com el possible reflex de diferències individuals lligades a dificultats de regulació emocional (RE). Una de les qüestions que es deriven d’aquest plantejament, i que hem intentat abordar en aquesta tesi, es refereix a si existeixen factors que, més enllà d’una major reactivitat emocional, podrien estar implicats en la tendència a un major ús d’estratègies de RE disfuncionals i/o en una menor eficiència de les capacitats de regulació emocional espontània (REE). La literatura prèvia apunta la possibilitat que una menor capacitat de manejar voluntàriament els recursos atencionals (i.e. baix control atencional, CA), podria ser un d’aquests factors. Alguns treballs han començat a assenyalar la possible existència de dèficits atencionals a nivells més bàsics —i no únicament deguts als efectes perniciosos d’una reactivitat emocional incrementada— com a potencials mecanismes implicats en les dificultats reguladores. Si això fos efectivament així, podríem esperar que els esmentats dèficits poguessin veure’s reflectits en (I) un pitjor rendiment en tasques atencionals en absència de contingut emocional i (II) en patrons distintius d’activitat electroencefalogràfica (EEG) espontània (i.e. en condicions de repòs), sovint considerada com un bon biomarcador de característiques disposicionals. Tot i així, fins on arriba el nostre coneixement, no hi ha estudis previs als aquí presentats destinats a explorar simultàniament si les diferències individuals en les capacitats de CA i en el funcionament de les xarxes atencionals bàsiques, avaluat en absència de contingut afectiu, s’associen a un major ús d’estratègies de RE cognitives disfuncionals (i.e. ruminació i supressió) i/o a una menor eficiència de la capacitat de REE mesurada de marea contínua durant la realització d’una tasca d’inducció emocional. Precisament, aquests han estat els dos grans objectius generals d’aquesta tesi. Per tractar d’explorar aquestes qüestions es varen dissenyar un total de cinc estudis, hipotetitzant que, en persones adultes de la població general i sense afectació psicopatològica, un menor CA autoinformat i una menor eficiència de les xarxes de control executiu i orientació es relacionarien amb una major tendència a implicar-se en l’ús de les estratègies de ruminació i supressió, així com a una REE menys eficient un cop controlada l’afectivitat negativa. Addicionalment, esperàrem la presència de patrons d’activitat EEG espontània distintius a zones cerebrals lligades a les funcions atencionals i executives (i.e. àrees frontoparietals) en relació a les diferències individuals en les capacitats de RE i CA. Específicament, s’esperava que nivells més baixos d’activitat EEG espontània en les regions frontals i parietals s’associassin a capacitats de CA reduïdes, a un funcionament pitjor de les xarxes atencionals —especialment de les xarxes de control executiu i orientació—, a una major tendència a implicar-se en estratègies de ruminació i supressió i, finalment, a una REE menys eficient. De manera molt sintetitzada, els resultats obtinguts assenyalen, parcialment en línia amb les nostres hipòtesis, que les persones amb menor CA autoinformat tendirien a un major ús de les estratègies de ruminació i supressió i, a més, presentarien alguns índexs de REE menys eficients, tant en presència com en absència d’estímuls amb càrrega emocional negativa. D’altra banda, el funcionament de les xarxes atencionals en absència de contingut emocional, s’ha vist lligat, per primer cop, a diferències individuals en les capacitats de RE. Concretament, una menor eficiència de la xarxa d’orientació va predir un major ús de l’estratègia de ruminació, una major eficiència de la xarxa d’alerta va predir un major ús de l’estratègia de supressió i, finalment, una major eficiència de la xarxa de control executiu va predir una menor eficiència de la REE únicament davant d’estímuls sense càrrega emocional negativa. Quant als correlats psicofisiològics, en termes generals, una major activació frontoparietal bilateral s’ha vist associada a un millor funcionament de les xarxes atencionals i a una REE més eficient. Això és especialment evident quan els índexs emprats no es limiten a l’estudi d’una banda d’activitat EEG determinada sinó quan es consideren índexs de predominança i/o acoblament entre ones lentes i ràpides. Del conjunt global pareix derivar-se, ni que sigui parcialment, l’existència d’una desregulació bàsica de les capacitats atencionals i executives que s’associaria a una major tendència a implicar-se en l’ús d’estratègies de RE disfuncionals i a una REE menys efectiva. A més, l’ús d’alguns índexs d’activitat EEG espontània (especialment els basats en l’estudi de les interrelacions entre activitat d’ones lentes i ràpides) es revela d’utilitat a l’hora de detectar i discriminar diferències individuals en factors disposicionals com els aquí estudiats. En síntesi, consideram que els nostres treballs podrien contribuir, per una part, a ampliar el coneixement existent sobre els factors implicats en la presència de dificultats de RE i, d’altra banda, a destacar la potencial utilitat de tasques sense càrrega emocional i de les mesures EEG espontànies per a l’estudi de les diferències individuals en determinats constructes psicològics que es pressuposen de naturalesa disposicional.

[eng] Research over last years highlighted the desirability to conceive the greater tendency to experience anxious and depressive manifestations, and ultimately to develop emotional disorders, not only resulting from the presence of increased emotional reactivity (i.e. higher negative affectivity), but also —and maybe specially— as a potential reflection of individual differences linked to emotion regulation (ER) difficulties. From this point of view, a direct question arises: there are some factors that, beyond emotional reactivity, could be involved in a greater tendency to use dysfunctional ER strategies and/or to show reduced spontaneous emotion regulation (SER) capabilities? Previous literature suggested the possibility that lower capabilities to voluntarily regulate attentional allocation (i.e. lower Attentional Control, AC), could be one of these factors. Prior research pointed out the eventual existence of attentional deficits at basic levels —and not only due to the deleterious effects of increased emotional reactivity— as mechanisms potentially involved in regulatory difficulties. If true, it could be expected that such deficits could be reflected (I) in a poorer performance on attentional tasks without involving emotional content, and (II) in distinctive patterns of spontaneous electroencephalographic activity (EEG), usually considered as an optimal biomarker of dispositional characteristics. However, to our knowledge, no previous studies exist devoted to explore, simultaneously, if individual differences in AC capabilities and basic attentional network functioning, assessed through a non-emotional laden task, could be related to an increased use of maladaptive ER strategies (i.e. brooding rumination and suppression) and/or to a lower REE efficiency continuously measured during an emotional induction task. Five studies were designed in order to explore the aforementioned questions. It was hypothesized, in an adult sample without psychopathological problems, that lower self-reported AC, as well as reduced efficiency of both executive control and orienting networks, would be related to a greater use of brooding rumination and suppression strategies and to lower REE capabilities once controlling for potential effects of negative affectivity. In addition, the existence of distinctive EEG patterns in brain areas linked to attentional and executive functions (i.e. frontoparietal areas) as related to RE and AC capabilities was also expected. Specifically, it was hypothesized that reduced spontaneous EEG activity in frontal and parietal regions would be related to lower AC, to a poorer attentional network functioning (specially in the executive control and orienting networks), to a greater tendency to use negative forms of cognitive ER strategies (i.e. brooding rumination and suppression) and, finally, to a reduced efficiency of REE capabilities. Partially in line with our hypotheses, results suggest that participants showing lower self-reported AC tend to a greater use of brooding rumination and suppression and exhibit reduced efficiency in several SER indices irrespective of the presence or absence of aversive emotional stimuli. Furthermore, for the first time, attentional network functioning assessed through a non-emotional laden task has been related to individual differences in RE capabilities. Particularly, reduced efficiency of the orienting network predicted a greater use of brooding rumination, greater efficiency of the alertness network predicted a greater use of suppression, and greater efficiency of the executive control network predicted reduced SER efficiency only when facing non aversive stimuli. Regarding psychophysiological correlates, broadly speaking, greater bilateral frontoparietal activation appeared to be associated with a better attentional network functioning and greater SER efficiency. This finding seems to be clearest when the study of EEG indices was not limited to a single EEG band, considering indices based on the interrelationships between slow and fast EEG oscillations instead. Overall, our results seem to spotlight, at least partially, the existence of a basic dysregulation of attentional and executive capabilities which would be related to a greater tendency to engage in negative forms of cognitive ER strategies and to a reduced SER efficiency. Moreover, some spontaneous EEG indices (specially those based on interrelationships between low and fast EEG oscillations) showed up as useful tools to detect and discriminate individual differences in dispositional factors. In short, we consider that these studies may contribute, one the one hand, to extend existing knowledge about factors involved in ER difficulties and, on the other hand, to underline the utility of non-emotionally laden tasks and spontaneous EEG measures when studying individual differences in psychological constructs presumably of dispositional nature.