[spa] La década de los 90 y el inicio del siglo XXI han sido fructíferos en investigaciones sobre el ictus (accidente vascular cerebral); el nihilismo reinante en los 80 ha cedido paso ante un mejor conocimiento sobre sus causas, su fisiopatología y su patogenia, se conocen los factores de riesgo ser una persona mayor de 55 años, hipertensión arterial, consumo de tabaco, inactividad física, sobrepeso, entre otros, que explican el 75% de la ocurrencia. A día de hoy disponemos de métodos eficaces para el manejo y tratamiento en la fase aguda, existen medidas eficaces para la prevención secundaria, y se cuenta con mejores estrategias para la rehabilitación. La atención al ictus isquémico agudo hoy, requiere un sistema organizado desde la atención pre- hospitalaria hasta el egreso del paciente que asegure la continuidad de la rehabilitación. Aunque esto constituye un reto para los sistemas de salud, la mayoría de los países desarrollados y muchos en vías de desarrollo, han introducido cambios sustanciales en la organización de la atención de estos enfermos. Estas modificaciones se basan en evidencias contundentes sobre dos estrategias de tratamiento que reducen marcadamente las muertes y la discapacidad, y con ello el costo derivado de la atención post-ictus. Estas son: la hospitalización de pacientes en unidades de ictus (UI), y el tratamiento trombolítico cerebral (TC).