[spa] Los cannabinoides han sido usados durante siglos para paliar el dolor, pero una década atrás
se ha descubierto que el sistema endocannabinoide está implicado en un gran número de
condiciones fisiopatológicas, como la ansiedad, el Parkinson, el dolor neuropático, la
esclerosis múltiple, la aterosclerosis, el infarto de miocardio, la hipertensión, la obesidad y la
osteoporosis. Numerosos estudios han demostrado que los cannabinoides también ejercen una
actividad antineoplásica sin producir los síntomas típicos de la quimioterapia, lo cual es un
gran avance en contraposición al uso de los actuales agentes antineoplásicos. A pesar de que
algunas sustancias cannabinoides producen efectos psicoactivos, se han descubierto otros
derivados cannabinoides que ejercen en mismo efecto anticáncer pero suprimiendo sus efectos
secundarios a nivel psicomotriz. El efecto antineoplásico, según los artículos revisados en este
trabajo, se producen a través de rutas metabólicas como la de la proteína activada por señales
extracelulares (ERK), la treonina/serina proteína quinasa (AKT), la proteína quinasa mitógeno
activada, los factores inductores de hipoxia (HIF-1a), la proteína diana de la rampicina en
mamíferos (mTOR), la proteína homólogo 3 de Tribbles (TRIB3) y las metaloproteinasas de
la matriz (MMPs). Todas estas rutas están implicadas, en su mayoría, debido a la activación de
los receptores cannabinoides CB1 y CB2.
En esta revisión se dará respuesta a si existe evidencia sobre la efectividad de los
cannabinoides como tratamiento del cáncer, los mecanismos por los cuales son capaces de
llevar a cabo su poder antineoplásico y los diferentes tipos de cáncer, los cuales han sido
objeto de ensayo actualmente a través del uso de los derivados cannabinoides, y su resultado.