[spa] La realidad de las mujeres sin hogar se contextualiza en un imaginario social donde prevalece la imagen de un hombre de mediana edad, drogodependiente o con salud mental. Esta afirmación no es real, pues se ha evidenciado la presencia de mujeres y jóvenes, además de la reducción del consumo, provocando más variedad de perfiles con una variable común: la falta de vivienda digna (Matulic et al., 2020). El colectivo femenino sin hogar está invisibilizado por el androcentrismo subyacente. Por ello, impera divulgar algunos aspectos discriminativos que sufren las mujeres frente a sus homónimos, haciéndolas aún más vulnerables en cuestiones derivadas del género, además de las dificultades sanitarias, socioeconómicas y legales. Surge así la necesidad de conocer la experiencia de las mujeres sin hogar (MSH de aquí en adelante), dándole voz a sus necesidades como paso previo e imprescindible a cualquier estrategia preventiva futura.