[spa] El presente trabajo nace de la necesidad de adoptar medidas preventivas para tratar de evitar, durante la adolescencia y desde el centro educativo, el desarrollo de Trastornos de la Conducta Alimentaria, de sobrepeso y obesidad. Siendo los factores de riesgo múltiples y diversos y tratándose de un problema de Salud Pública resulta ineludible la elaboración de modelos de intervención y prevención basados en la Educación Nutricional. Los programas preventivos de carácter informativo tienen una tasa de eficacia baja; la asunción de conocimientos por parte de los adolescentes no implica cambios en su conducta alimentaria (Lucas-Molina y Giménez-Dasi, 2019). Los modelos de mayor éxito son aquellos que utilizan una metodología interactiva y multidisciplinar. En consecuencia, se plantea una propuesta educativa donde el alumnado participa junto a las familias y los agentes socializadores del entorno del centro escolar, al ser considerados modelos de alimentación saludable. La propuesta educativa para fomentar hábitos saludables en los centros de Educación Secundaria parte de la elaboración de un cuestionario que permite conocer la conducta alimentaria de los alumnos. Tanto el exceso calórico como la deficiencia nutricional puede desencadenar desequilibrios alimentarios (Serra y Aranceta, 2004). El objetivo es reducir la incidencia de Trastornos de la Conducta Alimentaria, de sobrepeso y de obesidad aportando conocimientos sobre Educación Nutricional, desmintiendo mitos alimentarios, fomentando el pensamiento crítico y procurando aumentar la autoestima del alumnado de secundaria a partir de la asunción consciente de una alimentación equilibrada. La segunda parte de la propuesta educativa se materializa a través de la preparación de un batch cooking, método que supone cocinar durante una tarde para consumir platos saludables a lo largo de la semana. Los alumnos planifican la lista de la compra y acuden a los establecimientos cercanos al centro escolar (verdulería, frutería, carnicería, pescadería, panadería, etc.) para adquirir los alimentos que corresponden al menú semanal, conociendo así a los responsables de los establecimientos y promoviendo una escuela en comunidad. Después, en grupos, llevan a cabo las elaboraciones culinarias. El punto final lo marca la degustación de los platos que componen el batch cooking.