[spa] Nuestro modelo de cuidados ha mostrado carencias durante la emergencia sanitaria derivada de la COVID-19,
siendo los mayores uno de los colectivos más afectados. De hecho, el trato recibido no ha sido acorde con las
recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. El confinamiento en el hogar, la posterior reducción
de salidas a una hora diaria, o el doble confinamiento de las personas en residencias (aislados del exterior y en
su habitación, sin posibilidad de convivir en las zonas comunes) ha tenido múltiples consecuencias negativas.
La investigación que hemos realizado a los mayores de la provincia de Salamanca, mediante la aplicación de
técnicas cualitativas de investigación social, entrevistas y grupos de discusión, nos ha permitido constatar
variaciones en sus hábitos, con diferencias en función del hábitat de residencia (urbano o rural), que han
supuesto restringir la vida social y la asistencia a actividades pese a la vuelta a una situación de normalidad.
Además, los participantes en el estudio manifiestan sentirse maltratados por el resto de la sociedad,
denunciando comportamientos insolidarios y discriminación por razón de la edad.
En definitiva, los resultados muestran que la pandemia ha tenido repercusiones sobre la salud mental y el
ánimo de los mayores y las restricciones supusieron separaciones de sus familiares y amistades en momentos
dolorosos como el confinamiento, el ingreso en unidades de cuidados intensivos o en el mismo momento del
fallecimiento.