A día de hoy no existe todavía una definición consensuada acerca de la naturaleza de las funciones ejecutivas aunque la mayoría de autores coinciden en destacar cuatro componentes básicos: la intencionalidad (meta-direccionalidad), la inhibición, la planificación y la memoria de trabajo. En los últimos años se ha visto que las funciones ejecutivas pueden ser evaluadas tanto por medidas de laboratorio como por autoinforme conductual. En el presente trabajo se relaciona una medida de autoinforme (BDEFS) con una tarea de laboratorio centrada en la atención sostenida (CSAT-R). Las dos pruebas fueron administradas a una muestra de 84 participantes (de ambos sexos) distribuidos en tres grupos de edad. Los resultados muestran como con la edad empeoran las puntuaciones en la CSAT-R y en el caso de las funciones ejecutivas el grupo de personas mayores reconoce mayor número de problemas específicos en dos escalas (autoorganización y puntuación total). En las correlaciones entre ambas pruebas se observa que están influidas por la edad ya que se muestran correlaciones en el grupo de mayores y en la dirección esperada, más problemas de atención menor es la puntuación en funciones ejecutivas. Por último en cuanto a la capacidad predictiva de la tarea de atención sostenida sobre las medidas de autoinforme muestra como la autoorganización es la única función ejecutiva que se puede predecir. En resumen, los resultados se han ajustado relativamente a lo esperable