[spa] Los centros educativos son los lugares más adecuados para empezar a aprender a cómo adquirir unos hábitos saludables. Las escuelas desempeñan un papel fundamental en la promoción de la salud y la seguridad de los jóvenes y ayuda a establecer unos hábitos saludables para toda la vida.
La Educación para la Salud (EPS) incluye diversas disciplinas como la psicología, la sociología, la educación, la salud pública y la epidemiología. Dentro del ámbito educativo, es crítico el conocimiento como componente de la educación para la salud, que se esfuerza por ofrecer las habilidades requeridas para aplicar este conocimiento correctamente, enseñando a realizar actividades tales como comer alimentos saludables y realizar actividad física.
Atendiendo a la definición de EPS establecida por Perea Quesada (1992) como:
un proceso de formación permanente que se inicia en los primeros años de la infancia, orientado hacia el conocimiento de sí mismo en todas sus dimensiones tanto individuales como sociales, y también del ambiente que le rodea en su doble dimensión, ecológica y social, con objeto de poder tener una vida sana y poder participar en la salud colectiva,
vamos a analizar la aportación que la alimentación, la práctica de actividad física, las horas de sueño, el consumo de alcohol, de tabaco y de drogas pueden realizar a la misma en el momento ideal de la adquisición de hábitos en la adolescencia, así como en el entorno que permite una igualdad de todos los alumnos a la educación, la escuela, no olvidando, por supuesto, la importancia de la familia en dicha formación. Además, diversos datos de investigación en Estados Unidos, han demostrado que los programas de salud escolar pueden reducir la prevalencia de riesgo entre los jóvenes y tienen un efecto positivo en el rendimiento académico.