[spa] Tras los últimos estudios demográficos, los resultados muestran un envejecimiento poblacional
a corto y largo plazo a causa del aumento de la esperanza de vida y de la migración en los países
occidentales, así como el descenso de la natalidad. Además del factor genético, el
envejecimiento acarrea una serie de cambios fisiológicos, psicológicos, sociales y económicos
que influyen de manera directa en el estado de salud, y por lo tanto en el estado nutricional del
anciano. Una adecuada nutrición puede desempeñar un papel preventivo en el desarrollo de
patologías en la edad avanzada, como son los déficits nutricionales o enfermedades como la
anorexia, la diabetes o la hipertensión. La población anciana española presenta importantes
déficits nutricionales asociados a dichos factores y a hábitos de alimentación inadecuados. Por
otra parte, los requerimientos nutricionales de la mayoría de los nutrientes varían con la edad,
siendo esencial adaptarlos a cada grupo poblacional.
Teniendo en cuenta estas deficiencias y las limitaciones de muchos de los individuos,
una alternativa saludable en su alimentación podrían ser los productos funcionales. Los
alimentos funcionales son alimentos que además de ser nutritivos presentan un efecto
beneficioso en el organismo, pudiendo formar parte de una dieta saludable en aquellos
colectivos en riesgo nutricional. Tras el análisis del contexto socio-económico y los cambios
fisiológicos relacionados al envejecimiento se proponen una serie de posibles alimentos
funcionales destinados y adaptados a las necesidades, preferencias y poder adquisitivo de este
sector poblacional. Asimismo, y en base a nuevas líneas de investigación como es la
nutrigenómica, se incluyen los polimorfismos genéticos que han demostrado influir en el
desarrollo de la sarcopenia en las personas mayores y cómo los alimentos funcionales
propuestos podrían resultar de utilidad para contrarrestar el efecto degenerativo de la patología.