[spa] La obra de Francisco Pacheco, desde su llegada a Sevilla en 1575 hasta su fallecimiento
en 1644, se debe incontestablemente a la tarea del “pintor culto”. Acreditado por
miembros destacados de la Academia de Sevilla, círculo de intelectuales pertenecientes a
variadas disciplinas, e imbuido del clima cultural humanista de la capital hispalense,
Pacheco pudo desarrollar varios corpus teóricos acerca de la pintura como disciplina
artística y con trasfondo teórico, abogando en defensa de su nobleza y arte. Francisco
Pacheco ejercerá además como eje vertebrador de la Academia y su taller como
canalizador de un efervescente ambiente artístico hacia sus aprendices. Diego Velázquez,
aprendiz y yerno de Pacheco, llevará las enseñanzas de su maestro a la grandeza; será
Pacheco, por lo tanto, pieza clave para el nacimiento artístico del gran pintor del Barroco
en España y uno de los grandes genios de la Historia de la Pintura
[eng] Francisco Pacheco’s work, from his arrival to Seville in 1575 and to passing away in
1644, was undeniably due to the task of the “educated painter”. Accredited by prominent
members of the Academy of Seville, an intellectual social group with varied disciplines,
and imbued with the humanistic cultural climate of Seville, Pacheco could develop
several theorical corpora about painting as an artistic discipline, providing a theorical
background and advocating for its quality and status. In addition Francisco Pacheco will
work as cornerstone of the Academy and his workshop as channel of a high-spired artistic
ambient around his apprentices. Diego Velázquez, disciple and son-in-law of Pacheco,
would take his master’s instruction to the next level of greatness; therefore, Pacheco will
be a key element in the artistic outbreak of the most distinguished serious geniuses pin
the History of Painting.