[spa] La hemofilia A es una enfermedad de carácter hereditario ligada al cromosoma X que se caracteriza por una ausencia, parcial o completa, del factor de coagulación VIII (FVIII), un factor clave en la cascada de coagulación. Para tratar dicha enfermedad se realizan infusiones de este factor para activar la capacidad coagulante del paciente, pero se ha visto que un 30% de los pacientes con hemofilia A severa y un 13% de los pacientes con hemofilia A no severa desarrollan inhibidores contra el factor VIII administrado, requiriendo alternativas al tratamiento y asumiendo por ello mayores costes sanitarios. En este trabajo bibliográfico, se han estudiado qué factores genéticos y ambientales pueden estar implicados en la aparición de inhibidores contra el factor VIII. Su conocimiento podría ayudar a elegir anticipadamente una estrategia terapéutica con la finalidad de disminuir el riesgo a desarrollar dichos inhibidores. Los resultados del trabajo indican que distintos factores genéticos están implicados en el desarrollo de inhibidores durante el tratamiento de la hemofilia A: el tipo de mutación que afecta al gen F8, las mutaciones de los genes implicados en la respuesta inmune y la etnia. Sin embargo, los estudios llevados a cabo hasta el momento indican que los pacientes con hemofilia A que presentan inversión del intrón 22 en el gen F8 son los más propensos al desarrollo de inhibidores frente al tratamiento. Por otro lado, en cuanto a los factores ambientales destacan: el estado clínico del paciente, el tipo de tratamiento y el tipo de factor utilizado, habiendo diferencias significativas entre el uso de factor VIII recombinante (rFVIII) y factor VIII plasmático (pdFVIII). Los resultados publicados indican que cuanto más severa sea la hemofilia A mayor será la propensión a desarrollar inhibidores contra el tratamiento, ya que mayor es la exposición del paciente al FVIII (mayor frecuencia y tiempo de administración). Asimismo, pacientes tratados con el FVIII recombinante presentan una mayor propensión a desarrollar inhibidores que pacientes tratados con el FVIII plasmático. En conjunto, se puede concluir que no es un único factor genético o ambiental el que determina que una persona con hemofilia A vaya a desarrollar inhibidores contra el FVIII administrado, sino que todos los factores influyen a la vez. Se produce un efecto umbral, en el que los factores genéticos asientan las bases para el desarrollo de inhibidores, pero finalmente es el efecto de los factores ambientales el que determina si se produce suficiente activación inmunitaria contra el FVIII, desencadenándose el desarrollo de inhibidores contra él.