Los locutorios pueden ser entendidos como el puente entre el lugar de origen y el de llegada de los inmigrantes pero a su vez representan la formulación espontánea de un nuevo elemento cultural que marca el multiculturalismo de la ciudad de Barcelona, lejos de los discursos oficiales. En las zonas estadísticas del Raval y de Sagrada Família en Barcelona, se observa como el mercado de los locutorios ha ido controlándose por las colectividades paquistaníes y colombianas principalmente, y senegalesas y árabes en menor medida. En su conjunto, forjan un nuevo elemento urbano que está participando en el proceso de transformación cultural de la ciudad.