[spa] La parálisis cerebral ha sido históricamente considerada una condición de la infancia; no
obstante, a pesar de la tradición pediátrica, desde una perspectiva tanto clínica como de
investigación, se ha sugerido que la mayoría de las personas con esta afección son adultas.
Las alteraciones del sueño son comunes entre los adultos con discapacidades intelectuales
y del neurodesarrollo y, a menudo, aumentan el estrés del cuidador. Estas alteraciones
pueden ser causadas por problemas de salud de diversa índole, factores ambientales,
experiencias angustiosas de la vida o efectos de los medicamentos.
Con el fin de profundizar en el conocimiento de las posibles causas de estas alteraciones
el presente trabajo se ha centrado en el estudio del ritmo circadiano sueño-vigilia. El
objetivo general del estudio fue el análisis de los parámetros marcadores del ritmo sueñovigilia (actividad y temperatura periférica), la exposición a la luz como principal
zeitgeber, así como la calidad de sueño, y compararlo en dos muestras de adultos con
hábitos de vida distintos (grupo RS y grupo CD) para analizar, a su vez, la influencia de
condicionantes rutinarios e incidir en la paliación de las posibles alteraciones.
Los resultados han demostrado que los sujetos que residían en la residencia (grupo RS)
presentan alteraciones del ritmo sueño-vigilia similares a los que presentan aquellos
sujetos con cronodisrupción: aplanamiento del ritmo de TP y actividad, fragmentación
del sueño y alteraciones en la calidad de éste. Partiendo del hecho de que en los dos grupos
(grupo RS y grupo CD), las posibles afecciones del Núcleo supaquiasmático (NSQ) o de
las vías visuales son las mismas, los factores diferenciadores han podido ser a la elevada
exposición a la luz nocturna y las interrupciones rutinarias durante el período de descanso.