[spa] La fibromialgia (FM) es una entidad controvertida de etiología desconocida con muchos factores predisponentes. Se caracteriza por sensibilidad musculoesquelética benigna, crónica y difusa, normalmente acompañada por sueño no reparador, fatiga generalizada, y rigidez matutina; además de presentar déficits en la memoria de trabajo y en las capacidades atencionales más complejas, donde el factor distracción tiene un papel importante (Gelonch et al., 2013). Asimismo, las personas con FM muestran una menor capacidad funcional para las actividades de la vida diaria y calidad de vida relacionada con la salud que otros sujetos de la población general (Mas et al., 2008). En 1990, el Colegio Americano de Reumatología (ACR, por sus siglas en inglés) estableció el criterio de clasificación para la FM, en el que se incluía dolor generalizado presente durante al menos tres meses y la observación del dolor provocado por la presión en regiones anatómicas específicas (Wolfe et al., 1990). Seguidamente, en 2010, el ACR presentó unos nuevos criterios de diagnóstico, basado en el uso exclusivamente de dos escalas: el Índice de dolor generalizado (WPI) y la Escala de gravedad (SS). El WPI incluye una lista de 19 áreas dolorosas y la SS implica una evaluación de la gravedad de ciertos síntomas clínicos. Para el diagnóstico de FM, se necesita una puntuación WPI de ≥7 y una puntuación SS ≥5 o una puntuación WPI entre 3 y 6 y una puntuación SS ≥9, y al igual que los criterios de 1990, los síntomas deben estar presentes de forma continua durante al menos 3 meses (Wolfe et al., 2010).