[spa] En la mayoría de las plantas el estrés hídrico es uno de los factores que más modula su
crecimiento: en vid, el estado hídrico afecta a su fisiología y a su economía del carbono y,
por tanto, a los diferentes componentes del Balance de Carbono (fijación de CO2 por
parte de las hojas y respiración de hoja, tallo, fruto y raíz). Para llevar a cabo una
estimación más aproximada del Balance en vid es necesario identificar y cuantificar los
diferentes componentes que intervienen en él, así como evaluar la respuesta que tiene
cada uno de ellos en base a la disponibilidad hídrica y al genotipo. Durante la campaña
2014 en el campo experimental de la Universitat de les Illes Balears se llevaron a cabo
medidas de intercambio de gases en los diferentes órganos de la vid en los cultivares
Tempranillo y Garnacha en dos regímenes hídricos distintos. A partir de datos de área
foliar y biomasa de diferentes órganos se obtuvo una estimación de cada componente del
balance. A lo largo del estudio se monitorizó la disponibilidad de agua en el suelo y el
potencial hídrico de tallo en las plantas. Las plantas con mayor estrés hídrico mostraron
un ajuste general en crecimiento que supuso además un mayor porcentaje por parte de los
componentes respiratorios respecto al carbono fijado que en condiciones de menor estrés.
Un adecuado estado hídrico de las plantas favorece una mayor eficiencia en cuanto a
carbono respirado respecto al fijado. Los componentes respiratorios que suponen
mayores pérdidas de carbono corresponden a las hojas y a las raíces. En condiciones
similares a las del propio campo experimental (sistema de conducción, marco de
plantación, etc.) una hectárea de viñedo puede capturar entre 4 y 8 toneladas de dióxido
de carbono en una campaña.