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[spa] Para lograr comunicarse con efectividad no es suficiente el conocimiento del vocabulario y
de las normas gramaticales de una lengua. Este estudio muestra precisamente la relevancia de
la pragmática en la comunicación humana a través del análisis del perfil lingüístico de niños y
jóvenes con síndrome de Asperger o TEA grado 1 con un lenguaje funcional.
La elección de personas con autismo leve y un lenguaje óptimo se debe a que, pese a
mostrar un desarrollo adecuado de este -incluso avanzado a nivel sintáctico y gramatical-,
presentan numerosas dificultades para mantener una conversación por sus déficits a nivel
pragmático. El objetivo de este este trabajo ha sido revisar cuáles son estas dificultades,
además de comprobar si el uso social del lenguaje puede mejorar con el desarrollo evolutivo
en el caso de las personas con este diagnóstico y, con el tiempo, equipararse a la competencia
pragmática de un adulto neurotípico.
Para llevar a cabo la investigación se han descrito los aspectos pragmáticos del lenguaje
alterados en el síndrome de Asperger y, posteriormente, se ha realizado una encuesta entre
110 padres y madres de menores con los citados diagnósticos y con edades comprendidas
entre los 6 y los 18 años, con la meta de evaluar su competencia pragmática.
El análisis de los datos recogidos ha hecho posible comprobar la unanimidad en las
respuestas, que han confirmado las dificultades de los participantes para comunicarse; sin
embargo, también ha revelado que determinadas habilidades pragmáticas se pueden adquirir
con el paso de los años. El estudio ha permitido discernir asimismo cuáles son los aspectos
pragmáticos más complejos para una persona con TEA leve o Asperger y ha mostrado,
teniendo en cuenta las respuestas de los progenitores encuestados, que el hecho de que
aprendan determinadas habilidades no garantiza que las puedan poner en práctica en
cualquier contexto por sus problemas para generalizar aprendizajes.
Este estudio, por otra parte, ha dado la posibilidad de conocer el perfil lingüístico de un
número muy amplio de casos, además de información detallada sobre numerosos aspectos de
la competencia pragmática de los afectados, susceptibles de ser desarrollados en futuras
investigaciones. También ha puesto de relieve, por último, cómo a las dificultades del uso
social del lenguaje para mantener una conversación hay que sumar el papel de los estímulos
externos, que pueden condicionar atención y respuestas en el caso de los afectados debido a
sus problemas sensoriales. |
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