Los trastornos musculoesqueléticos pueden aparecer con facilidad en la vida
profesional de un músico. Sin embargo, un pequeño porcentaje de los músicos
puede llegar a desarrollar distonía focal, llegando a comprometer su capacidad para
seguir tocando de forma habitual o incluso en los casos más graves, repercutir por
completo en toda su vida laboral y profesional.
La distonía focal es un trastorno que provoca una contracción involuntaria de los
músculos de una zona concreta. Esto es debido a las prolongadas horas de práctica
repetitiva causando en el control motor una pérdida de coordinación para una
habilidad.
Algo que causa confusión es que la distonía focal se presenta únicamente en hacer
una tarea específica, como tocar un instrumento, pero no en acciones que implican
los mismos movimientos. Esto indica que aparece la distonía dentro de un control
motor sano que actúa de manera normal, pero que la “conexión” se interrumpe
cuando el cerebro debe codificar la información debido a algún factor de riesgo.
Por ese motivo se cree que la distonía se puede desarrollar por factores psicológicos
del propio músico, desarrollándose a causa del miedo a fracasar, la autoexigencia
para la perfección o la tensión en una competitividad temprana entre compañeros.
Pero no es la única causa al desarrollo de este trastorno, hay otros factores como la
propia persona, el instrumento, la forma de estudio y el tipo de música. Se ha
determinado que los instrumentos y su ergonomía influye a la hora de poder
desarrollar trastornos musculoesqueléticos, en cambio, cuando se usa el mismo
instrumento, se puede apreciar que las incidencias en los músicos clásicos son
mayores a las incidencias de los músicos de jazz, únicamente por el tipo de música
y los movimientos que implica cada uno de ellos en los instrumentos se ve una
mayor prevalencia en la música clásica.