[spa] La infiltración es la inyección de medicamentos en el lugar anatómico donde se producen mecanismos patogénicos de la enfermedad (intra y extraarticulares) con el fin de disminuir la inflamación, aliviar el dolor y mejorar la impotencia funcional. La efectividad de la infiltración va a depender de un estricto conocimiento de la anatomía, del dominio de la técnica, de la correcta elección del fármaco utilizado y de la adecuada indicación en cada momento. La técnica de infiltración (como todo tratamiento en medicina) tiene que realizarse después de haber valorado los pros y los contras que supone este procedimiento para el paciente. Los principales objetivos de las técnicas de infiltración son: paliar el dolor y la sintomatología inflamatoria, prevenir o restablecer la limitación funcional, facilitar la recuperación del proceso, reducir el uso de tratamientos más agresivos y evitar secuelas. No existe una norma única sobre la frecuencia entre las infiltraciones, y se ha podido comprobar que la administración de varias infiltraciones en una misma articulación es efectiva. En la bibliografía revisada se aconseja separarlas entre 1 y 4 semanas. Debe emplearse siempre material estéril desechable, asegurándose previamente de que no está caducado. En principio, en atención primaria las infiltraciones locales se limitan al uso de anestésicos locales y corticoides.