Objetivo: El objetivo de este estudio es determinar, mediante análisis nutricional, si los sujetos intolerantes a la lactosa padecen de deficiencias nutricionales o de alteraciones en sus hábitos alimentarios o estilo de vida debido a la dieta sin lactosa que deben llevar.
Métodos: Una muestra aleatoria simple de mujeres españolas intolerantes a la lactosa (n=140) fue sometida a una entrevista detallada sobre hábitos nutricionales y estilo de vida y exámenes antropométricos. Los criterios de exclusión utilizados (padecer alguna otra intolerancia o alergia alimentaria, tener más de 45 años o menos de 18, estar a dieta o embarazada) eliminaron 59 sujetos del estudio.
Resultados: La prevalencia de enfermedades crónicas metabólicas es cinco veces mayor en el grupo control. Los intolerantes a la lactosa se acercan más a las recomendaciones de los principales grupos alimentarios contemplados en la Dieta Mediterránea y no padecen ninguna deficiencia nutricional, aunque sí presentan una ingesta menor de vitamina E, calcio, hierro y cobre en comparación al grupo control.
Conclusión: La mayor adherencia a la Dieta Mediterránea por parte de los intolerantes a la lactosa puede ser una posible causa de su menor prevalencia para determinadas enfermedades crónicas metabólicas. No obstante, su baja ingesta de vitamina E, calcio, hierro y cobre puede suponer un riesgo para desarrollar osteoporosis, anemia y cambios óseos de no hacer ningún cambio dietético en un futuro.