[spa] La instrumentalización de las actividades de la vida diaria (AVD) como medio para ejercer violencia es un recurso utilizado por los hombres maltratadores en el ámbito privado. Las mujeres que han sufrido violencia de género informan del uso de los espacios utilizados para el cuidado y la supervivencia familiar con este fin, así como de las actividades derivadas, dejándolas en una situación de máxima vulnerabilidad e indefensión. Una de las tareas básicas de cuidados que realizan las mujeres es aquella relacionada con la alimentación/nutrición de la unidad familiar que abarca, como mínimo, una estancia delimitada a tal efecto: la cocina. A pesar de que se puede extender a más estancias de la casa, como puede ser el comedor, o incluir lugares habilitados para la compra de los alimentos, son las técnicas de preparación, los platos o productos elegidos y la limpieza de utensilios y espacios los que actúan como facilitadores ante la escalada de violencia. Para las mujeres que sufren este tipo de instrumentalización, los actos de cocinar y comer pierden su valor cultural y comunicacional, convirtiéndose en una fuente de miedo y de estrés y ansiedad continuados, debido a que, si no es una tarea que deba realizarse a diario, sí debe llevarse a cabo varias veces a la semana, perdurando incluso una vez se ha abandonado la relación de maltrato, sobre todo cuando se inician nuevas relaciones de pareja. Por este motivo, el proyecto de intervención “COCINA SIN MIEDO” pretende restablecer el espacio de la cocina como un espacio seguro para las mujeres que han sufrido violencia de género, y las actividades relacionadas con la cocina y la alimentación como actividades placenteras y no generadoras de estrés y ansiedad. A través de las terapias feministas, esto es, desde la crítica al sistema patriarcal imperante, la división sexual del trabajo y dentro del Marco de los Derechos Humanos, se pretende aumentar la autoestima de las mujeres con el fin de mejorar el autoconcepto, y empoderar a partir de una tarea que no por ser necesaria tiene que ser aburrida o engorrosa, mucho menos fuente de ansiedad o estrés, además de suponer un estímulo para una opción de negocio y/o salida laboral. La metodología del proyecto de intervención será grupal y participativa y se realizará con grupos de 6-8 mujeres que hayan abandonado la situación de maltrato. Constará de 10 sesiones de carácter semanal de 2 horas de duración y se llevará a cabo en un espacio habilitado con cocinas profesionales con la intervención de la psicóloga del proyecto y un/a cocinera/o. Las sesiones de inicio y cierre se realizarán en un espacio seguro con la psicóloga del proyecto, que pasará los test baremados para valorar la eficacia de la intervención. Se hablará con las participantes de la posibilidad de entrevistas en profundidad.