[spa] En los últimos años, el interés sobre la interocepción -información visceral sobre el estado interno de nuestro cuerpo- está cobrando mucha importancia debido a sus implicaciones sobre la cognición. Durante la fase cardiaca de sístole, las señales interoceptivas alcanzan su punto más alto, beneficiando el procesamiento de nuestro “yo”. En este trabajo comprobamos esta hipótesis, mediante un paradigma experimental de juicio de rasgos. A través de la monitorización de nuestro corazón con un electrocardiograma, hemos comprobado en qué fase cardiaca coincide la presentación de una serie de adjetivos. La tarea de los sujetos se dividió en tres bloques. En el primero, debían responder, a través de un teclado si la palabra mostrada les definía a ellos mismos -o no-. Otro consistía en el mismo trabajo, pero pensando en otra persona. En otro, debían decidir a quién describía mejor ese adjetivo: a ellos o a la otra persona. Hemos encontrado que únicamente la fase cardiaca de sístole facilita el procesamiento de los adjetivos cuando estos definen a los sujetos experimentales. Los resultados aumentan nuestro conocimiento sobre las interacciones entre la mente y nuestro cuerpo, así como la influencia sobre nuestra cognición de oscilaciones fisiológicas que transitan en intervalos de tiempo muy cortos.