[spa] Los roles de género que, tradicionalmente, han ido desempeñando mujeres y hombres en
nuestra sociedad, se hallan inmersos en un proceso de evolución y de innegable cambio.
A pesar de ello, en el marco de un contexto social caracterizado por lo que podría
denominarse una participación igualitaria de mujeres y hombres dentro del mercado
laboral, subsiste todavía el tradicional estigma de la desigualdad de género.
Una de las manifestaciones más evidentes de dicha desigualdad es la segregación
ocupacional que, en la actualidad, continúa siendo una característica estructural de
nuestro mercado de trabajo.
A pesar de lo anterior, en la mayoría de casos, no se lleva a cabo una adecuada adaptación
en lo referente a políticas de prevención y tratamiento de riesgos psicosociales y la Salud
Laboral no se aborda desde una perspectiva de género, cuando la realidad requiere que se
haga de ese modo, ya que la eficacia en la prevención de riesgos laborales radica en que
ésta se lleve a cabo a través y en base a un enfoque de género.
Resulta obvio, además, constatar el hecho de que las mujeres siguen estando expuestas a
cargas de trabajo que suele infravalorarse socialmente, y esa condición constituye uno de
los patrones que definen la cultura organizacional y del trabajo en nuestro país.
Cabe considerar también, la circunstancia añadida que suponen el esfuerzo emocional
requerido en la mayoría de puestos de trabajo altamente feminizados y el estrés
exponencial del denominado trabajo de cuidados en el seno de las familias, ambas
condiciones susceptibles de aumentar el riesgo psicosocial de las trabajadoras.
Dentro del marco de la Sanidad Pública, integrar la actividad preventiva en materia de
Salud Laboral, mediante la implantación de métodos de evaluación y prevención de
riesgos psicosociales, podría contribuir a la reducción y/o neutralización de gran parte de
los mismos, al permitir detectarlos y llevar a cabo un seguimiento desde su origen.
En relación a ello, los Planes de Igualdad constituyen un instrumento idóneo para la
adopción de medidas de prevención, garantizando una más adecuada protección de la
salud y la seguridad de las mujeres dentro y fuera de su ámbito de trabajo.