El proceso de decrecimiento urbano es algo común en Europa, pero en España era un fenómeno aislado que afectaba a algunas pocas ciudades desindustrializadas en la crisis de 1980. Sin embargo, en la segunda década del siglo XXI ha damnificado a más de un tercio de las ciudades medias españolas que han visto como perdían población. Ignorado políticamente, desde la geografía urbana existe una preocupación por la cuestión. Con una visión general, el envejecimiento y la pérdida de población activa se correlacionan con el decrecimiento de estas urbes. Sin embargo, aparecen cuatro clústeres de ciudades que demuestran que el proceso es complejo. Tras un acercamiento a cinco casos críticos, Cádiz, Ferrol, Jaén, Linares y Talavera de la Reina, se descubre que se combinan la crisis industrial con la Gran Recesión y la disminución de los servicios privados al tiempo que tiene lugar un aumento de los mayores de 65 años y una emigración de población activa cualificada a las principales áreas metropolitanas. Este proceso, que ya ha creado conciencia ciudadana, debe ser considerado en la agenda política. En la discusión del artículo se proponen algunas estrategias para enfrentar el problema.