[spa] La prevalencia de exceso de peso y obesidad entre niños y adolescentes está aumentando de manera preocupante. Según los últimos estudios, se objetivan en nuestro país cifras en torno al 40% de forma conjunta, posicionando a España a la cabeza de Europa en adolescentes con exceso de peso (EP). Entre las múltiples consecuencias que genera el EP en el organismo, destaca el incremento en los niveles de colesterol en la sangre, que también se conoce como hipercolesterolemia (HC). Existe extensa literatura científica en la que se describe a la HC como una patología de etiología multifactorial; cuya causa, en ocasiones, puede deberse a causa genética; pero que hasta en el 95% de los casos se debe a la presencia de EP. Esto se debe a la existencia de un desequilibrio entre el aporte de colesterol y el que el organismo necesita, principalmente consecuencia de la ingesta frecuente de comidas ricas en azúcares y ultraprocesadas. Además, es relevante conocer que la HC es un claro predictor de problemas cardiovasculares al llegar a la edad adulta, como ictus o infartos de miocardio. Con todo esto, no es de extrañar, que en los últimos años el número de individuos en edad pediátrica con HC también se ha elevado; alcanzando cifras que sobrepasan el 20%. Pese a este incremento tan notorio, las recomendaciones actuales de cribado lipídico en la infancia únicamente contemplan a un reducido grupo concreto de niños y adolescentes como aquellos con antecedentes de enfermedad cardiovascular temprana en progenitores, o aquellos con ciertos factores de riesgo específicos. Recientemente, organizaciones de relevancia como La American Academy of Pediatrics (AAP) se han pronunciado acerca de cuál sería la edad ideal para la realización del cribado de HC. Además, no se aconseja realizar pruebas de colesterol en niños menores de 10 años, dado que es muy improbable encontrarnos con este tipo de patología a edades tan tempranas. Posteriormente; durante el inicio de la pubertad, los cambios hormonales producen oscilación variable en cuanto a niveles de colesterol se TFM Máster Universitario en Alimentación y Nutrición Humana 2024 6 trata. Por este motivo, se considera el momento óptimo para la detección, la edad entre 14 y 15 años, el final de la época pediátrica para el cribado. Dado este contexto, el propósito principal de este estudio es identificarlas cifras
reales de EP e HC en población pediátrica, establecer la relación entre ambos y
determinar o no la necesidad de un cribado de hipercolesterolemia universal a estas
edades.