[spa] Consabido es por todos que la didáctica de la literatura sufre, desde
hace unos años, una serie de estragos a los que las nuevas metodologías, la
pedagogía teórica o los equipos docentes no consiguen poner fin. Los daños se
agudizan cuando, más allá de lenguas o literaturas catalanas y castellanas, el
problema de la poca lectura se hace patente en una asignatura de opción para
el 1º de bachillerato Social o de Artes: Literatura Universal. La lectura y la
interpretación de textos, motor generatriz de esta materia, se dificultan por la
carencia de competencias literarias en el alumno. El siguiente trabajo propone
un enfoque multidisciplinar (relación entre la literatura y el arte, el cine, la
filosofía, la religión y, sobre todo, la música), además de un descrecimiento de la
hojarasca teórica que, por lo común, se emplea para impartir tal asignatura y que
no desemboca más que en la huera memorización de autores y obras. Para el
último propósito se ha confeccionado un canon vocacional o personal de treinta
autores. Con tal nómina se pretende fomentar la lectura y que queden
satisfechas las demandas del currículo, solventándose tres de las vicisitudes
más nocivas: que el niño lea de verdad (o mejor), que podamos entrar en
contacto con una literatura universal (no occidental) y lo mejor que nos
proporciona y que se introduzca un cambio en la enseñanza tradicional, cuyo
anquilosamiento es cada vez más visible por todos.