[spa] Tratar el tema de la conversión supone, indefectiblemente, sacar a colación a dos grandes figuras de los tiempos apostólicos como fueron María Magdalena y san Pablo. Ambos fueron ejemplos de lo que el concepto de la conversión trata: de la transformación radical a la nueva luz del Evangelio y a la dedicación a su doctrina. La conversión supone un acto de amor, de sometimiento, desde la libertad, a Cristo. Comporta también un trueque total completo en la vida del converso. Gracias a la fe, al poder de la palabra, se troquela el espíritu del convertido en clave cristiana operando en él una transformación total que tiene como horizonte el seguir a Cristo en plena comunión con su Evangelio.