[spa] 1.1. Introducción
Desde que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de
EE.UU. publicaran los primeros casos del síndrome de inmunodeficiencia humana
adquirida (SIDA) inducido por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en 1981 y
la posterior aprobación de la zidovudina como su primer tratamiento han pasado casi
cuatro décadas. Desde entonces, y hasta la fecha, podemos afirmar que el desarrollo del
tratamiento antirretroviral (TAR) es uno de los principales logros de la medicina
moderna, ya que ha convertido la infección por el VIH en una enfermedad crónica con
una esperanza de vida similar a la de la población general.
Esta cronificación lleva consigo el incremento de comorbilidades o “patologías
no SIDA” y un cambio en los modelos de atención tanto médica como nutricional a estos
pacientes: a comienzos de la epidemia, el síndrome de wasting suponía la segunda causa
de muerte del paciente con SIDA y se relacionaba con un mayor riesgo de infecciones
oportunistas, así como de fracaso al TAR; sin embargo, en el momento actual, el
desarrollo de obesidad es un problema emergente que confiere un aumento del riesgo
de presentar enfermedades crónicas de tipo cardiovascular o diabetes, y, con ello, la
carga de enfermedad de los pacientes con infección por el VIH. Estamos, por tanto, ante
un cambio claro en el patrón de comorbilidad, que puede condicionar los
requerimientos nutricionales de estos pacientes.
1.2. Hipótesis
El estado nutricional condiciona el patrón de comorbilidad presentado por los
pacientes con infección por el VIH.
1.3. Objetivo
Evaluar el estado nutricional de los pacientes con infección por el VIH de un Área
de Salud y determinar su efecto sobre el patrón de comorbilidades.
1.4. Metodología
Se llevará a cabo un estudio descriptivo transversal en la Consulta de Atención
Farmacéutica a Pacientes Externos del Hospital General Universitario Reina Sofía de
Murcia, en el que, en primer lugar, se realizará una entrevista clínica al paciente el
momento de la dispensación del TAR para obtener su perfil de comorbilidades y los
parámetros necesarios para determinar su estado nutricional (que se completarán con
los datos obtenidos de su historia clínica); y, en segundo lugar, se realizará el análisis
estadístico para evaluar la asociación entre el estado nutricional y el patrón de
comorbilidad.