[spa] La menopausia es el cese de la función ovárica y de la producción de estrógenos y progesterona. Se
considera menopausia cuando no se tiene ningún período menstrual a lo largo de un año. De forma
natural, suele ocurrir después de los 40 años. Sin embargo, los cambios y los síntomas pueden
desarrollarse durante varios años antes. Durante la menopausia el colesterol tiene tendencia a aumentar,
descienden los niveles de calcio y aparece osteoporosis junto a otras patologías óseas; la piel se
envejece por la deshidratación, la flacidez y las arrugas. El descenso de estrógeno ocasiona una
distribución diferente de la grasa corporal, con aumento de la circunferencia de cintura y de la grasa
abdominal, directamente relacionada con el riesgo de síndrome cardiovascular. Se pasa de un patrón
ginecoide a un patrón androide.
El ayuno intermitente (alternancia de períodos de ayuno y alimentación), es un régimen alimenticio en
auge en este momento y puede que sea una herramienta sencilla para mejorar la calidad de vida en la
mujer, especialmente durante el periodo de la menopausia.
Aunque sus beneficios aún no tienen evidencia científica, se cree que implicarían un mejor envejecimiento
de los tejidos por una disminución de la oxidación y de los radicales libres. Menor inflamación corporal,
reducción del colesterol y los triglicéridos. Podría presentar también un aumento en la sensibilidad a la
insulina. Además de ayudar a perder grasa y al mantenimiento de la masa magra. El ayuno intermitente
podría afectar también a los niveles hormonales paratiroideos, relacionados directamente con el riesgo de
osteoporosis y a los niveles de cortisol que provocan estrés y depresión, lo que genera una percepción de
pérdida en la calidad de vida de la mujer.
El objetivo principal de esta investigación es aportar más información sobre los efectos que ocasiona el
ayuno intermitente en los cambios hormonales y metabólicos asociados a la menopausia. Para ello vamos
a realizar un diseño experimental en el que se medirán los niveles de concentración sérica, en ayunas, de
cortisol, estrona, testosterona, colesterol (LDL y HDL) e insulina de dos grupos (uno control y otro con
intervención). La elección de estas hormonas se debe a que son fáciles de testar y están directamente
relacionadas con el nivel de estrés, la inflamación, el nivel de glucosa en sangre, el metabolismo y la
presión arterial.