[spa] Este trabajo pone a prueba la hipótesis subyacente al giro participativo de los Estudios sobre Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS): un incremento de la participación no experta en la producción y/o gestión científico-tecnológicas mejora, respecto de los enfoques habituales (más bien tecnocráticos), el logro de los fines sociales perseguidos por las políticas reguladoras y/o basadas en evidencia. Dependiendo del especialista CTS, ello es porque da lugar a una pericia socialmente distribuida o porque garantiza que las política y ciencia reguladoras involucradas constituyan actividades más representativas y responsables socialmente. Ambas dimensiones, sustancial y normativa, son analizadas con un caso de estudio. Los cambios producidos en la regulación de declaraciones sobre propiedades saludables de los alimentos (declaraciones de salud) estadounidense, en torno a cómo ha de ser la evaluación experta de las declaraciones, permiten comparar un modelo regulador tecnocrático y uno participativo. Así, se contrasta la hipótesis CTS
valorando el impacto social de ambos enfoques sobre la base de datos empíricos sobre percepción e intención de compra. La evidencia invita a concluir en general que, al menos en este caso, no hay diferencias significativas en lo que respecta al cumplimiento de los objetivos reguladores por parte de ambos modelos. En particular, el participativo parece no lograr la apropiación social de la ciencia que también se esperaría desde la perspectiva CTS, en tanto que es condición necesaria para que el consumidor pueda efectiva y conscientemente asumir el rol más activo y la responsabilidad asociada que el giro participativo le concede.