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[spa] La inclusión social es, como proceso y como finalidad, un elemento clave de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, reflejándose sobre todo en los artículos 19, 29 y 30, orientados respectivamente al derecho a la vida independiente y a ser incluido en la comunidad, en la participación en la vida política y pública, y en participar en actividades de la comunidad (ONU, 2006). Aunque no existe una única definición de inclusión social, existe consenso en su carácter multidimensional que incluye la participación en la comunidad y las relaciones interpersonales como temas comunes (Cobigo et al, 2012; Overmars-Marx et al, 2014; Simplican et al, 2015). Overmars-Marx et al, (2014:257) definen la inclusión social como (1) una serie de interacciones complejas entre factores ambientales y características personales que brindan oportunidades para (2) acceder a bienes y servicios públicos, (3) experiencia valorada y roles sociales esperados fruto de la propia elección y relacionados con su edad, género y cultura, (4) ser reconocido como una persona competente y de confianza para desempeñar roles sociales en la comunidad, y (5) pertenecer a una red social de la cual se recibe y se aporta apoyo. Por último, la interacción compleja de factores y dimensiones justifica la necesidad de abordar el estudio de la inclusión social desde una perspectiva ecológica (Simplican et al 2015). Este enfoque ayuda a operativizar los factores que inciden en la inclusión social y, por tanto, a planificar y evaluar intervenciones y apoyos. La participación en la comunidad es, pues, un elemento esencial para la inclusión social de las personas con discapacidad intelectual. |
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