[spa] El informe de Salvà et al. (2013) señala que uno de los factores que influye en el abandono del sistema educativo en las Islas Baleares es el entorno familiar o cercano al que pertenece el alumnado. Particularmente, cuando este entorno se corresponde a contextos socioeconómicos bajos. En consonancia con estos hallazgos, diversos estudios en educación matemática relacionan la baja o no exitosa participación en el aula de matemáticas con el contexto social, cultural y económico del alumnado (Prediger et al., 1974;). Uno de los factores que influyen en esta baja participación es el dominio que los alumnos tienen de la lengua de instrucción. Cuando hablamos de lenguas, no nos referimos exclusivamente a idiomas, también a la diversidad de registros de las lenguas. Es decir, podemos estar hablando en la misma lengua, pero usar registros diferentes que dificulten la comunicación efectiva. Entendemos registro como “la configuración de recursos semánticos que un miembro de una cultura asocia típicamente con el tipo de situación” (Halliday, 1978, p. 111). Así, el uso del registro cotidiano puede estar asociado a situaciones socio discursivas como una conversación entre amigos en el patio del colegio, pero puede considerarse no válido para comunicar matemáticas en el aula, suponiendo necesario el uso de un registro técnico y formal. No compartir la lengua en el aula, no sólo dificulta la adquisición y comprensión de conceptos y significados, también limita la participación del alumnado en las prácticas discursivas. Desde esta perspectiva, asumimos que una instrucción sensible y consciente de las implicaciones del uso de la lengua, favorecerá la inclusión y la participación de todo el alumnado en el aula de matemáticas. Concretamente, en esta comunicación abordamos la siguiente pregunta: ¿Cómo ciertos recursos lingüísticos pueden ser usados en la enseñanza de las matemáticas para favorecer el desarrollo de significados matemáticos y la participación de todo el alumnado en prácticas discursivas? Para ello, diseñamos una intervención didáctica para introducir el pensamiento multiplicativo en un aula de segundo de Educación Primaria de un colegio público de Catalunya. El objetivo es analizar la evolución de la lengua en uso de los alumnos para comunicar matemáticas y su participación en un contexto cooperativo de resolución de problemas con una instrucción que potencia el aprendizaje de las lenguas matemáticas.